Hacia una Nueva Perspectiva: Rompiendo con el Adultocentrismo y el Paternalismo en la Discapacidad

Nuevas formas de movimiento humano, desafiando a las ciudades y a las personas.
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Resumen

Las juventudes y no tan juventudes que viven en situaciones de discapacidad modelamos una nueva forma de concebir el movimiento humano, desde habitar las ciudades hasta la sexualidad. Apropiándonos de nuestro orgullo y valorando la necesidad de apoyos y derechos humanos.

En la sociedad actual, las conversaciones sobre discapacidad a menudo están dominadas por un enfoque adultocentrista y/o paternalista que reduce a las personas a sus diagnósticos. Este enfoque perpetúa la idea de que la discapacidad es sinónimo de sufrimiento continuo, desempoderando a quienes vivimos en situaciones de discapacidad y limitando mi capacidad para definir mi propia identidad. Es fundamental que comencemos a escuchar y dar voz a las experiencias de las personas con discapacidad, tanto adquiridas como de nacimiento, que estamos en constante lucha por construir una nueva forma de habitar el mundo.

Las narrativas tradicionales a menudo ignoran la diversidad de experiencias dentro de la comunidad de personas con discapacidad. No se trata solo de sobrellevar un diagnóstico, sino de navegar en un entorno que frecuentemente no está diseñado para nuestras necesidades. La verdad es que el verdadero dolor no proviene de la discapacidad en sí, sino de las barreras actitudinales y arquitectónicas que limitan el movimiento y la participación plena en la sociedad.

Escuchar a quienes experimentamos cambios de identidad, ya sea por una discapacidad adquirida o por vivir con ella desde el nacimiento, nos ofrece una perspectiva valiosa.

Suelo desafiar las maneras del hacer y las narrativas convencionales y suelo invitar a replantear lo que significa vivir con discapacidad. En definitiva la discapacidad no es más ni menos que una persona encuentre barreras en su entorno para desarrollarse y a todas las personas en algún momento de la vida nos pasa o pasará esto. Sería comenzar a repensar un nuevo aprendizaje colectivo.

A menudo, suelo hablar de mi deseo de ser vista por mis habilidades, mis logros y mi derecho a tener una vida plena, más allá de las limitaciones que a menudo se me atribuyen. Aunque muchas veces esto se opaca con el Capacitismo de algunas personas donde anulan estas habilidades para que sobresalgan las suyas.

Es esencial que abandonemos las actitudes paternalistas que promueven la lástima y el duelo tras un diagnóstico. Este enfoque no solo es desalentador, sino que también niega el orgullo y la fortaleza que muchas personas con discapacidad sentimos al abrazar nuestra identidad y nuestro activismo. Al reconocer y celebrar la diversidad de experiencias, podemos avanzar hacia un modelo que prioriza la inclusión y el respeto.

En lugar de enfocarnos en lo que las personas con discapacidad no podemos hacer, debemos centrarnos en cómo podemos transformar el entorno para que sea accesible y acogedor para todas las personas. Esto implica luchar por políticas que eliminen barreras, tanto físicas como sociales, y fomentar una cultura de aceptación y empoderamiento.

La lucha por una identidad que desafía los estándares convencionales de movimiento y funcionalidad es vital. La discapacidad no debe ser vista como una limitación, sino como una parte integral de la diversidad humana. Cada persona tiene el derecho de definirse y de vivir su vida con dignidad, sin ser encasillada por nociones adultocentristas y paternalistas que ignoran su voz.

A medida que continuamos este viaje hacia una mayor inclusión, es fundamental que nos comprometamos a escuchar y aprender de las experiencias de las personas con discapacidad. Juntos, podemos construir un mundo donde el movimiento, en todas sus formas, sea celebrado y donde la dignidad de cada individuo sea reconocida y respetada. Al hacerlo, no solo transformamos nuestras comunidades, sino que también enriquecemos nuestras propias vidas con una mayor comprensión de la diversidad que nos rodea.

Las personas con discapacidad cuidamos a pesar de que vivan diciendo que solo podemos ser cuidadas.

Gracias por llegar hasta acá y leerme. Si te gusto podes comentarlo en el Instagram. Saludos Naty